Jpellicer

Ilusión de la mano del Alba

 

 Llamas a la puerta del nuevo día

con los ojos aún pegados a paisajes de ensueños;

llegas con la sonrisa bajo el brazo y las manos extendidas

guiadas de esperanzas imbuidas de “te quieros”.

A tu paso sombras confundiendo la calma

que tapan el color que esperas;

horizontes pintados de tragedias que te invaden cercanos,

que te hablan sin calor ni color con el silencio de la tragedia.

Sonrisas que se tornan muecas compungidas

que se apoderan de todas las palabras;

que quieren abandonar el cuerpo que las vio nacer,

que buscan un motivo para estar, para seguir… para poder ser.

Levantas la cabeza buscando la respuesta,

y el cielo, callado y pintado de gris no contesta;

sientes que de nuevo el día olvidó su color,

que las musas perdieron su morada,

y que al aire le robaron la frescura y el aroma a sal;

sientes que el mar ya no te habla,

que esta aurora llega buscando su ocaso sin saber que es bella.

Una mirada perdida y oculta en mitad de la humareda,

huella canalla del que pasa regalando perversas risotadas de maldad,

amo del mundo que inventó para él llenándolo de esclavos

que adoran, cautivos en su desgracia, su atroz deidad;

una mirada que se hunde en la ciénaga de la injusticia,

que te pide desde su lejano y herido silencio, que sigas,

que una ilusión de la mano del alba,

pintará la miseria del color de la esperanza,

que una ilusión de la mano del alba,

llevara la respuesta que la sombra de la duda te negaba.

 

 (Jpellicer)