soneto
La calleja repetida
en la sombra del sendero
con tu mirar… de un te quiero,
en las noches ¡de perdida! …
Semidesnuda y sentida
por un poco de dinero
en regalo placentero
Sola y ebria y aturdida
Al desarropar la seda
en impura complacencia,
pasión de mujer no queda,
pierde su real esencia
se quema en su llamarada
y muere en su fluorescencia.
Dr. Rafael Mérida Cruz-Lascano
Guatemala, C.A.