Aunque se ha llevado la mayoría
Le daré a la noche más de mí
Algo más del líquido que vertían
Mis venas tatuadas de carmín
Le entregaré más de mí a las sombras
Aunque ya me he vuelto una de ellas
En esta oscuridad que ya no asombra
En espíritu que nunca presenta querella
Le entregaré más de mí al viento
Renunciando a volverme sedentario
Por aquello que busco y no encuentro
Hora de sentir el sufrimiento diario
Se desvanece el aroma de mi esencia
Entre los segundos que van pasando
Resignado espero con obligada paciencia
Viendo como mi nombre se va borrando
Un poco más para mi soledad
Un poco más para las heridas
En este vacío reside la piedad
En el éter, presencia esparcida
Entrego lo que me queda sin sobrar nada
Entrego lo que soy y también lo que fui
Entrego esa idea alguna vez soñada
Que en el camino, ante la realidad, perdí
Entrego las letras a la hoguera
Y le dejo mi poesía al silencio
Aquella tinta que una vez vertiera
Palabras dulces en un suave lienzo
Mis huellas marcadas en la arena
Desvanecen por las olas de la costa
En un último eco distante resuena
Nueva existencia que tomará la posta
Entrego el final a un nuevo comienzo
Entrego la lluvia a un rayo de sol
Entrego esperanza a un renovado verso
Y le doy al futuro absoluto control
Legando oscuridad para tener mañana
Conservando los tan preciados valores
Este humo negro que de mi ser emana
Es el resto de la llama de mis temores
Un poco más para las carillas
Que cada día marcan mi historia
Tan enredada y a la vez sencilla
Decisión sutil pero perentoria
Va decurriendo mi vida en el claroscuro
Voy tomando conciencia del desperdicio
Y mientras de mí, a la derrota, escurro
Me voy salvando del voraz precipicio
Espero al adiós de la renovada esencia
Para cubrirme en sombras nuevamente
Es mi vicio el de más carente elocuencia
De mi adicción al dolor yo soy consciente.
Andrés Ruiz H.