RODOLFO ANTONIO CARAVACA PAZOS

DE VIGENCIA...

Es el paisaje silente

con su brisa figurada

el que tienta la mirada

del presunto indiferente.

 

Es la brisa perfumada,

por aromas matinales

que se imaginan reales

como figuras vivientes...

 

Más el tiempo que transcurre

no nos deja más visiones

que las fijas impresiones

que se miden y discurren.

 

Es la planta aletargada

por el tiempo detenido

la que cobija algún nido

del que nunca nace nada.

 

Más la imágen trastocada

en nuestra imaginación

florece en una ilusión

convertida en cuento de hadas.

 

Y así, es que la mirada

se detiene y analiza

y casi siente la brisa

que en el cuadro está asentada...

 

Es ésa luz proyectada

que nace como de adentro

la que nos lleva un momento

sin darnos cuenta de nada...

 

Y así, sin querer sentimos

lo que otro quiso a su antojo

regalando a nuestros ojos

lo que ahora percibimos.

 

Si bién vemos y captamos

en nuestro alma el encaje

del proyectado paisaje

que abstraídos observamos...

 

muy pronto cuenta nos damos

que ha sido sólo un brebaje,

un efímero utilaje

que a nuesttro ser... regalamos...