MARÍA DEL MAR

BUSCA UNA ESTRELLA

A través de la infranqueable muralla

qué ha osado construir nuestro destino,

necesito conversar y qué tu alma,

nunca se sienta en el olvido.

 

Necesito de tu voz, si aún te queda,

acallando mi pena en la distancia.

Necesito que tus manos de seda,

retiren este velo de nostalgia.

 

Te necesito en mí, omnipresente,

calmando la sed del desatino

y este fuego que arde incandescente,

no abrase mi piel en su delirio.

 

Necesito… Sentir que tu mirada,

desde la tierra, me besa los sentidos.

Te necesito tanto, gran amada,

que ya… ¡No sé como pedirlo!.

 

Un segundo más voy a robarte,

antes de quedar al fin dormido…

¡No me acuses nunca de cobarde!

Y escúchame…¡Por Dios te lo pido!.

 

La tierra se negó a escribir dos nombres,

yo tengo que buscar donde escribirlos;

alguna estrella habrá en el horizonte,

donde grabar tu nombre junto al mío…

 

Te sentirás besada desde el cielo;

tu alma dormirá junto a mi alma

y mientras llega el instante del reencuentro…

Iré forjando una escalera de plata.

 

Cuando subas los peldaños uno a uno,

notarás que en tus ojos ya no hay lágrimas

y que a lo lejos, perdido en el camino,

quedó el velo de angustias y nostalgias.

 

Iluminará una estrella el espacio.

Verás su luz… Son las manos de Dios.

Tómalas y camina muy despacio.

Abre. Tras la puerta, estaré yo.