Llegas tarde, más tarde que temprano,
mi reloj del amor dará las nueve;
mientras que fuera se hace obscuro, llueve,
llegas tarde a tocar mi puerta en vano.
Llegas tarde de un páramo lejano
a do irá ya jamás quien más se atreve
a no volver quien de verdad se embebe
en no dar vuelta con su miedo a mano.
Llegas tarde hoy. Ayer busqué cercano
contigo estar, en unidad; se debe
decir que fui a tus ojos un fulano,
nada más; eso sí que hoy que te mueve
triste dolor, se me salió lo arcano
en no atender aunque tu voz se eleve.