Te he nombrado mil veces sin nombrarte, en los bálsamos de los cristales de mil copas he hallado tus labios. Habitas en las mareas de mis mares internos, pueblas mis venas como una canción desenfrenada. Y es que sigue pasando el tiempo como un rio arrodillado, con pena a ser visto, rasgando el vientre oculto de las rocas, cauce de breve soberbia, como un trueno sigiloso. Yo te he nombrado mil veces sin nombrarte, te he tocado sin tocarte, allí, en el fondo del abismo de mil botellas de alma estéril, lo sé. Te he pensado mil veces cada vez que me he prohibido pensarte, te recuerdo en los miles intentos por olvidarte. He dormido mil noches contigo sin dormir, sin ti. Amor ¿en qué momento te fuiste y me llevaste? ¿Puede la primavera existir sin sus flores? ¿Puede el otoño existir sin ver partir los árboles? Te he nombrado mil veces sin nombrarte, andando sin andar, viajando siempre en el mismo sitio, así, hasta que deje de nombrarte mil veces nombrada.
LRL
14-3-2011