MARÍA DEL MAR

ESCUDERO DE TU ALMA

No quiero ni una lágrima en tus ojos

ni un suspiro de más para tu boca,

hasta el aire frío cuando te toca

exaspera lo peor de mis enojos.

 

No son celos y aún menos son antojos,

es torrente de amor que desemboca

en el fondo del mar de este alma loca

que juró a tus penas poner cerrojos.

 

Escudero real velando tu calma,

guardián del castillo seré de tu alma.

No dejaré entrar el menor lamento.

 

Por ti, mi reina, haré tibio velo,

hilado con el mejor terciopelo

que desprende, la rosa de los vientos.