Este poema puede herir tu sensibilidad
Siento el ardor de tus suaves dedos en mi pecho desnudo, me acaricias con ternura con mucha ternura, tu boca busca la mía lenta mente como parando el tiempo, siento el fuego de tus labios de rosas en mi boca ansiosa, que te muerdo el labio inferior con ansiedad, tus manos singen acariciando mi ombligo y bajan lenta muy lenta mente hasta tocar mi miembro viril, que ya se ha convertido en un carbón encendido, como un clavo cuando lo sacan del fuego, lo aprietas fuerte y de tu boca sale la palabra, “burro” que es esto tan duro.
Yo…son rio y te digo, - Esto es tuyo mi amor, todo tuyo,solo para ti, ¿LO QUIERES?
-Sí, sí, -respondes tu con voz melódica que acaricia mis oídos envolviéndome en el más dulce de los sonido.
Te dejas caer hacia tras, con las pantorrillas de bajo de tus nalgas, de forma que tu deseoso sexo cada más alto que tu vientre, mas sexi , más apetecible, más deseado, me inclino hacia ti, beso tu linda ranura que es combustible puro. Recibe mi lengua palpitando como una almejita cuando se abre y se cierra muchas veces seguida.
Comienzo a subir hacia tu dulce boca al estirarme mi sexo choca contra el tuyo, a riba abajo a riba abajo, parece que se va acolar, pero no entra, se restriega una y otra vez por la entrada de la cueva. Esta, esta tan húmeda que tengo que hacer un esfuerzo para que mi tronco no se meta en tu flor como un colibrí.
Por fin lo dejo entrar un poco solo el glande dos deditos, eso te saca un sus piro un aaaaaay a ti…a mí un -Ayayay, que rico cuanto placer.
Tus uñas se clavan en mis espaldas luego en mis nalgas, mis manos acarician tus glúteos y te abro las nalgas mas, mas.
Mis labios chupetean tus pezones que son como dos fresas madura dulces y sabrosas, luego tu boca, y otra vez tus pechos duros como dos pomelos.
Ya el volcán está a punto de estalla, sigo restregando mi pene por la entrada de ti vagina, lo dejo que entre poco apoco lento, centímetro a centímetro recreándome, en tu calor, con miedo de que esto termine. Noto que está llegando el final.
Lo noto en tu respiración entre cortada en mis temblores en tus espasmos, entonces con un movimiento de riñones aprieto fuerte y entra todo de golpe.
Tu boca se abre inmensamente soltando grito, yo, un ronquido de león. Introduzco mi lengua hasta tu garganta tu me la muerdes con glotonería.
Nuestros movimientos se aceleran al unisonó, cono bailando un vals, pero es la danza del amor lo que bailamos y cantamos con grititos y exclamaciones de placer de mucho placer.
Cuando nuestros cuerpos paran, nuestros corazones están a 200 pulsaciones, pero ha sido maravilloso, todavía estoy en una nube, gracia amor por tanto amor y tanto placer, ¡¡¡Te quiero!!!
Autor, Joaquín Méndez .15/ 05/11. Reservados los derechos.