nilda acosta

NIÑEZ Y ALEGRIA

Por la ventana llega el sonido del timbre fin del bullicio y de los juegos.El silencio que dejan los niños al entrar al aula, me devuelve los recuerdos lejanos del ayer.Puedo cerrar los ojos y sentir la fragancia de los útiles nuevos, el polvillo de colores del borrador, que nos producía estornudos.El recreo era el mejor momento del día, recuerdo las canciones de tres payasos llegados de España de sombreros pequeños y grandes zapatos.Nos divertíamos en el día del estudiante, día al aire libre bajo el sol de mi pueblo amado.Recuerdo la carrera de embolsados, el gallito ciego, la carrera de los tres pies.Soñabamos con la farolera enamorada y con una "blanca paloma en un verde limón"..Jugar a las bolitas era juego de varones a los que yo obligaba a dejarme jugar, tras varias trampas, salirme airosa con el bolsillo lleno de bolitas habiendo empezado con una solamente.Añoro el "yo-yo" que nunca manejé hábilmente.Saltábamos la cuerda, en el elástico y el tejo.Tiernamente recuerdo el album de figuritas con brillos, vestidos suaves de princesas..que me hacían rogar que el proximo sobre no fuese repetida.El timbre anuncia ésta vez el volver a casa..Me quedo abrazada al cofre de los recuerdos envueltos en tizas, juegos y risa.Me quedo quizás no tan sola...mientras haya un timbre que llame a los juegos en el patio de una escuela.Y quizás...silenciosamente y sin interrumpir yo pueda mezclarme entre ellos y volver a jugar...