Un hombre declarado enamorado
disfruta sus sonrisas solitarias
de la mirada al viento, de la tarde
y de la lluvia fresca en la mañana
Levanta sus sandalias presuroso
Para buscar la voz que tan ansiada
Asoma como el sol, fértil, donoso
Para endulzar su vida reanimada
Y encuentra la alegría en la palabra
Que emana su amada de la boca
Tesoro venerado es su saliva
Deseo consumado que lo toca
Un hombre enamorado busca siempre
Asirse a un pedacito de su amada,
Sentirla, oírla, verla, olerla cerca
Para tener su alma apaciguada
Y cuando el Cronos de ella lo separa
Por algún lapso corto, algún momento
El corazón reclama en asonada
Que lo devuelva pronto, que vierta el tiempo