La noche sigue a la noche
y sigo con el tiempo en rojo
La voz es nuestra
solo caben los recuerdos
y larguísimos besos virtuales
colgados en el infinito
con larguísimos abrazos
y lágrimas al fondo de tu cámara.
Tu palabra es raíz en el aire
y mi corazón amarrado en el pino aquel
al frente de tu casa,
quemándose de angustia junto a los deseos.
Quiero encontrar la magia perdida
y apenas presentida,
pero no veo la luz del día
entre el bullicio de camiones y taxis.
Son páginas que se agitan
contando el relato completo
de todos mis momentos,
esperando ser leídos
para atrapar la lejanía de tu cuerpo
en la bitácora de mi vida.