Nunca me olvides
no me pruebes, ni me toques
te ahogaré.
Evocando bocanadas de aire
sobre la tibia superficie del agua
se esconden tantas arenas
apiladas en tiempo adormecido,
sumergida bajo tanta calma
meciéndose en lo profundo.
Ya no soy nado ni muerto,
las aguas son tranquilas
en un nuevo invierno melancólico
mas el agua yace fría
inmóvil, rebosada por los años
y ya no la bebo.
Hoy no hay brisa ni letargo
sed de ningún tipo,
es al aire quién me hago esclavo
cedo en la tarea de percibirme,
soy una sombra fugáz
que se cuela por un costado de la pupila
y hasta un rayo de luz que se fuga
entra la niebla de mayo.
Cuando el lago es tranquilo
siento las ganas de pescar,
habrá tanta vida alimentándose
de recuerdos malheridos,
tierra se levanta en la lucha
el riel tira como el pasado a mi vida
y debo tirar luchando junto al presente
la pesca es fructífera
los peces siguen estancados
tal cuál lo es mi ambiente
de tristezas entumecidas,
soy un pescador sin hambre ni sed
y mi paga es el viento.