No encuentro la verdad de mi sentir,
tengo miedo a este hermoso porvenir
pues nunca sentí de serca el querer
y hoy al ver tus ojos no lo quiero creer.
Pues es dulce y confuso a la vez,
siendo tu, dulce amanecer de vida
y yo sereno medio día, si ves
con tendencias frías de anochecer.
Es mi alma ligera y libre cual firme
pensamiento congruente al viento,
que su ideología defiende cual cuento
convincente de la magia del niño que
duerme.
Ciertamente real, ciertamente falsa,
no se si todo esto sea verdad,
o solo una ingenua necesidad que alza
la voz desde lo mas interno de mi serenidad.
De lo que estoy seguro de momento es que...
Aún temiendo a la ideología social, el decir...
¡Te quiero!... Lo siento...
Carlos R. Barrera