Peregrina de senderos,
caminante sin destino, mi alma errante en las tinieblas; escapando a los sentidos. Ni una raíz en la tierra ni un terruño en el camino, no sé hacia donde voy; ni sé de donde he venido. Caravana de silencios, acompaña a mis vestidos, no hay besos en las llegadas; ni abrazos en los despidos. Siempre mi fiel compañera; a la que yo he elegido. No te busco, soledad,
porque tú, vives conmigo