De mi la esperanza huía
cuando te negabas a mis labios.
De mi fueron noches vacías y silencios ingratos,
por que descifraba en tu mirada
el destino de mis pasos
y existía contigo eternamente,
quizás mucho antes de conocerte
y aun cuando llegue a perderte
No fueron iguales aquellas madrugadas
y las aves que atravesaron el cielo.
Toda una primavera se nos marchito
o acaso el amor tuyo, el amor mío.
Que puedo hacer con estas horas que me sobran:
son tantas las tardes para amarte y tu no estas.
Sin una herida para esconderte.
Sin una primavera en la cual inventarte.