Caminando en la floresta
a una azalea pregunte:
¿Cómo el amor debe ser?
pensativa se quedo
y con voz grave me dijo:
de alegres colores
y mágicos olores,
se asemeja a las flores,
es frágil y hay que cuidarlo.
A la mitad del puente
la misma pregunta
hice al río y esto me contestó:
mucho se parece a mi,
de apacibles remansos
y violentos remolinos,
tiene rápidos y cascadas
pero...¡Cuidado!
que las aguas estancadas
se pudren y tomadas
hacen mal, lo mismo
pasa al amor.
Sin mis dudas aclarar
a mi madre pregunté:
¿Cómo el amor debe ser?
hijo de mi corazón,
se párese a la mujer,
es suave como un suspiro,
y fuerte como el acero.
Es alegre cuando llega
y triste cuando se va,
búscalo con cuidado,
y cuídalo con pasión.
Requena.