Lucero luce de día,
y por las noches aun brilla,
fuego que aviva la arcilla
del divino amor andante.
Corazón y afecto quema,
quema por fuera y por dentro,
más arde su calma adentro
donde bulle electrizante.
Lucero luce de día,
y a plena luz de la luna
va sembrando en plena duna
los recuerdos por fortuna.
Sólo destella de noche
la mujer enamorada,
la que se vuelve diamante,
y se enciende siendo amante.