Yo en sus brazos implorando que la noche se volviera eterna
tu en mi oreja resonando cada segundo que iba pasando
el tomo con sus manos mi cara intentando domar mi alma
y al mismo tiempo torpemente nos besábamos
mirando nuestros ojos viendo la inmensidad
los dioses que llevamos dentro
de fondo tú otra vez recordando
que vives del presente
y sin este bello momento no serias nada
ni siquiera te recodaría
serias un minuto mas en mi vida
segundos perdidos sin sentido
pero tú riendo a carcajadas me recordabas
que a pesar que te odio tanto
siempre almacenados en el alma quedaran estos pocos minutos
por que tres o cuatro valen muchos mas que mil
por que tres o cuatro serán eternos
y no extira el tiempo para borrarlos
me dijiste un gran secreto
que eras sólo una ilusión
ya que puedo volver a ellos cerrando mis ojos
y abriendo mi alma y sentir el aroma de su camisa
y el sabor de su pasión.