Querida Mariel:
Te escribo hoy la carta
que nunca te escribí.
Carta que no es carta
porque es poema.
Quisiera decirte tanto
y no puedo decir nada
aunque en mi cerebro
pugnan, desesperadas
por salir, las palabras...
No llegan a mi boca
para poder decírtelas
con dulzura.
No bajan por mis dedos
para guiar mi pluma
y poder escribirlas
con rasgos de hermosura.
Se agolpan en mis ojos
y brotan cristalinas
con sabor de amargura.
Esas gotas amargas
conque lleno mi copa
para traerte el brindis
que nunca te brindé.
Para decirte el brindis
que en otras circunstancias
hice por los demás;
el brindis que te debo...
Alzo mi copa de lagrimas
y brindo por ti...
y sé que todos
brindarán conmigo
levantando su propia
copa de lágrimas
en homenaje de amor
a ti, Mariel Enid.
Tu que bebiste
a grandes sorbos la tuya
acaso presintiendo
tu tan corta estadía
en esta fiesta
que abandonaste
con tanta prisa...
Brindamos hoy
por tu dulzura
que siempre a tus ojos asoma.
Y tambien brindamos
por la belleza de tu juventud
que es tu imagen grabada
en nuestros corazones.
Y el brindis va también
por tu felicidad:
felicidad eterna...
Alzamos nuestras copas y al probarlas,
notamos que la bebida
ahora es dulce...
Aqui termina mi brindis
que no es brindis
porque es poema
para cerrar mi carta
que no es carta,
sin despedida...