A media mañana una mujer recibe una llama da de un hombre, su amigo, que la invita a tomarse el dia libre, la invita a un almuerzo especial. Ella duda un poco, dice que lo pensará, que la llame después. La segunda llamada la convence. Ella sabe dóne ir, y sabe que ya todo está preparado. Cualquier excusa es buena para salir de la rutina que la agobia. Tantas responsabilidades para una sola persona. Luego se traslada, llega al lugar y entra sin tocar...
Has llegado, como pensé
Algo especial pasará hoy aquí, ahora.
Cada encuentro contigo trae algo bueno.
Mi cuerpo responde a cada pensamiento tuyo.
La habitación iluminada nos acoge a pleno dia.
Te invito a degustar el plato fuerte:
Manjar de Cuerpo Amado.
Déjame entrar en ti con suavidad poética,
Sin dudar...
El ambiente es de regocijo. El hombre expresa gratitud a la mujer por acudir a la cita. Es su forma de compensarla por el arduo trabajo que ella desempeña. Ella merece un descanso que todavía no puede tomarse. El la conforta y dice que la admira, que a pesar de todo su relación no cae nunca en el descuido. Se dan un beso largo y se empiezan a desvestir...
Estás completa a mi gusto.
Con ese cuerpo dorado por su propio ardor.
Sin la defensa de la ropa, a plena luz.
Tu piel no me teme, al contrario.
Destaca a través de la ropa interior que escogí para ti.
Los dos cuerpos se han reunido, desnudos se juntan, se buscan, se añoran. Como si hubiesen pasado un largo tiempo sin tocarse. Se aman como si no hubiese un mañana...
La frente toca la frente
Enrojecido todo mi ser, todos los músculos.
Ayuntado a un cuerpo vivo bañado en sudor.
Oyendo, entre tus dientes apretados
cómo aspiras el aliento,
Locuciones plácidas en boca de mujer.
Almizcle salvaje que de ti brota.
Acunando tu monte en mi mano,
describiendo círculos de carrusel.
Ambos tocando el máximo de los sentidos,
bailando en tus nalgas suaves.
Adorno tu pecho de pétalos líquidos
color madreperla.
Joyas que evidencian que nos hemos
reunido, amado y satisfecho.
Al mediodía...