Estos pasillos de incongruentes paredes, parecen pueblos, ciudades, calles ascuas o quizá fragmentos indeseados de un adiós plantado, de un espérame o un de un tal vez que no se quiere extinguir ¡túneles que se llaman ayer! Camino por ellos en mitad de sus enredaderas de caprichos, imperceptible como una leve isla en un horizonte iracundo. Camino por ellos, en mis huellas florece la palabra esperanza y de ella florece la palabra paciencia, locura, perplejidad… y a veces también desesperanza. Mis huellas vienen y van como olas vacilantes, se alejan de mí, a veces soy yo quién sigue su rumbo como una orilla a la marea arrepentida, de regreso al azul profundo. Que profunda desesperanza, que profunda esperanza, invencible. Camino por estos pasillos, dejando huellas ¿o ellas me dejan a mí?
LRL
17-5-2011