Gran brisa acecha mi corazón,
poco a poco se va deshidratando.
Necesita de tu amor.
Cruel amor que es mero rechazo.
Desgraciada mi vida, de quererte
y no tenerte, conocerte o encontrarte.
Desgraciada la dicha de tenerte
a mi lado y no poder hablarte,
acariciar tu caucásica mano y
decirte que eres único;
Gracias por estar a mi lado y
llenar de color este corazón
que esta envuelto en una
gran oscuridad.
Te quiero, pero no te conozco.
El no conocerte me hace
imaginarte, pensar que
el destino decide que todo
sea así, tan cruel, frío, despoblado.
Solitarios mis días son . De hecho,
lo son estés o no estés tú,
entonces: ¿Qué haré?.
Muere, muere amor, desaparece
de mi alma. Las lágrimas me
están ahogando. Quiero salvarme
de este gran océano profundo
azulejo.
Pero ya es tarde.
Mi arrepentimiento, inoportuno,
ya ha provocado en mis
sueños una realidad ficticia.
La muerte.
Quiero olvidarte.
Olvidarte es un gran reto,
porqué quiero creer que jamás te he
querido. No te quiero, no
te quiero. Que falacia…
© Carolina Becerra. Todos los derechos reservados.