una mirada se ha quedado por siempre perdida
Y atrapada en las manos
Del silente y cruel invierno,
Y esta lluvia que no amaina
Ya no hay leño que soporte
El encender la triste hoguera
Me he quedado sin aliento
Soy velero a la deriva
Ya no hay puerto que me espere
Y no hay puente que permita mi regreso
Me dispongo a deambular
Por senderos taciturnos
Que penetran en el alma
Como dagas que lastiman, por injustos,
Lo que duele es que jamás
Volverá la primavera
Y ni en el mar se escuchará las dulces notas la lira.
Calcinados se quedaron,
Tus recuerdos en mi alma
Y mancharon los tapices
Que adornaban mis paredes
Se acabaron los colores
Que brillaban en mis lienzos,
Se pararon los punteros,
Cuando el alba despertaba,
Tus recuerdos son cenizas
Que no dejan contemplar el Universo
Son cenizas que me obstruyen la mirada de la vida
Y ahora no soy más
Que una antorcha que no alumbra