A veces, somos tan pequeñitas
que ni siquiera podemos vernos
es que miro las estrellas
¡¡Tantas que son!! Y tan lejos que están.
Y miro hacia el suelo y veo la hierba
¡¡Tantas que son!! Y tan cerca que están
y acarician mis pies que desnudos las buscan
y yo, ¡¡tonta de mí!!... mirándo las estrellas.
Y miro el horizonte
y está tan lejos, tan lejos
que cierro mis ojos
entre el cielo y la tierra.
Y miro mis manos
y las veo tan cerca
¿para qué quiero horizontes..
si ellas son las que acarician mis penas?.