Me diste tu mano,
Y te regale un llanto de niño perdido,
Que en su mar descansa flotando en tus hombros.
Me diste tu compañía,
Y te regale una sonrisa rota;
La esencia De mi ser que descubriste.
Y ha palabras:
Prometo no herirte,
No dañarte.
Ayudarte.
Y ahora el tiempo
Que determina la decisión,
Un flujo sanguíneo,
Que el destino te nombre;
quien eres.