\"No creo en la casualidad, querida,/ todo pasa por algo./ No fue por casualidad que entré a tu vida,/ tampoco lo será si salgo\".
No creo en un dios castigador,
Capaz de crear un infierno…
Ni que se sane pronto un dolor
Cuando el dolor es interno.
No creo en seres perfectos
Que sólo con perfectas se casan.
Ni en quienes ven tus defectos
Y justo por ellos te rechazan.
No creo que todo amor sea posible
Ni que el corazón no se equivoque.
Ni en un escritor que sea predecible,
Que ni en sus letras el amor invoque.
No creo en quienes se dicen valientes
Y juran que jamás han sentido miedo.
Ni en amigos que se muestran pacientes
Y al dar la espalda, muestran su dedo.
No creo en quienes dicen que rezan
Y sólo se les escucha murmurar “amén”,
En quienes hasta el rosario lo besan
Y ni el Padrenuestro se lo saben bien.
No creo en gente “demasiado amable”
Porque tanta “amabilidad” tiene un motivo,
Ni en aquél que finge ser muy fiable
Porque en sus adentros suele ser nocivo.
No creo en sonrisas que son muy forzadas,
Ni en quien me habla siempre sin mirarme,
Ni en la fidelidad de algunas mujeres casadas
Ni en quien ofrece lo que no puede darme.
No creo en políticos que cuidan su puesto,
Más que al pueblo que un día los eligió…
No creo tanto en lo que piensa el resto,
Más creo siempre en lo que pienso yo.
No creo en llantos sin lágrimas vertidas
Ni en la aparente decisión de un cobarde.
Tampoco creo en caridades muy discutidas
Porque son auxilios que llegan muy tarde.
No creo ni en mí cuando dejo de ser
Quien soy desde que tengo conciencia,
Si digo que no me hace falta tu querer
Y que no me hace sufrir tu ausencia.
No creo siempre en un te quiero
Ni aún porque te haya perdonado,
A veces el arrepentimiento no es sincero
Y el perdón no te quita lo hinchado.
No creo en el que por interés te use
Ni creo que importe si has pecado…
Total, nunca seré yo quien te acuse
Y tal vez, jamás sea tu abogado.