La cerrajería de mi abuelo
Lugar donde pasaba mis horas de ocios como niño
Yo era un niño y mi abuelo, mi cuidador
Jugaba con un camión entre la fragua y el carbón
Mientras él con sus empleados
Jugaba con sus fierros y llaves.
Mis juguetes se entrelazaban
Con sus herramientas mientras él;
Se daba el tiempo de celebrar todas
Mis diabluras de niño
Eran días felices de mi niñez.
En la cerrajería todo era de hierro
Una espada de juguete pero de fierro
Un camión de madera con ruedas de metal
Lo más extraño era, que nada me dejaba sacar del lugar
Creo que él, pensaba que era su mundo y el mío.
El era muy especial...tenía una enamorada
Rubia y muy hermosa 20 años menor que él
Pero ella lo adoraba y también a mí
Ya que yo era su cómplice ante
Mi madre y una tía.
Ellas me acosaban a preguntas
Y yo a todas contestaba que nada pasaba.
Era su ¡Amor! secreto de un hombre viudo
Pero tenían una buena relación
Ella lo mantenía como un chiche de punta en blanco
Y él la atendía como una reina
Pero en forma anónima
Por los prejuicios de sus hijas
Y yo su cómplice.
“La cerrajería de un hombre bueno”
Autor: Hernán R. Cornejo Véliz