Porque sabes mi intención
cuando susurro a tu oído
registrarás el deseo
que en mi cuerpo contenido
reclama por la caricia
que me habías prometido
con tantas tiernas miradas
y tantos besos servidos
Me mirarás con reproche
por ese murmullo mío
que descargo en tus pellejos
escuchando algún gemido
que da cuenta del deseo
en tu cuerpo reducido
y que busco desatar
cuan fuerza de los mil ríos
que ahora fluyen por tu cuerpo
esperando ser sentidos.
Y bailaré con mis dedos
en tu cuerpo desprovisto
del pudor inextricable
que no podrá ser oído
ni observado, ni aceptado
ni menos ser atendido
cuando navegue en tu cuerpo
mis ganas de hacerlo mío.
Y me llamarás mañoso,
más daré por entendido
que tu molestia no existe
ante mi insistente brío,
que con tu sonrisa asientes
al calor de mis latidos
que te prometen llevarte
al umbral desconocido
donde el amor y el placer
esperan a ser fundidos
Y me llamarás mañoso,
por susurrarte al oído