Son las tres de la mañana
y aún platico contigo,
de lo que fue en el día,
de cosas triviales,
del trabajo, del clima,
de un millón de cosas,
que nos da la rutina.
Platico contigo entre sombras
y siluetas que forman las luces
que allanan mi morada
por las claras ventanas,
que con formas diversas
decoran la habitación
mientras hablo contigo.
Así platicando,
se mueren las horas,
se pasa la noche,
se acerca el alba,
los dos compartiendo
secretos y sueños
fantasías y verdades,
deseos y hechos.
Hablo y te digo
lo difícil que ha sido
pasar tantos años
sin estar a tu lado,
sin ser de tu vida
una parte importante,
sin ser de tu amor,
un latido constante.
Platico contigo
aunque no estés presente
es a un fantasma a quien le digo,
cuanto rondas por mi mente,
cuantas veces estoy solo
y le hablo a tu recuerdo,
cuantas veces de repente
con tu ausencia, no estoy cuerdo.