A Adrián Vemo, en su aniversario de nacimiento desde las afueras del continente...
“(…)es tan lindo saber que usted existe, uno se siente vivo…” “Hagamos un trato”, Mario Benedetti.
 Hay aves en este desierto nublado,
donde mis pies sobrevuelan desnudos,
con la huella húmeda de mis pensamientos,
lugar dónde él reside, en la avenida de mis pasos.
Hoy quiero olvidar la compostura y sentido de dogmática textura de mi personalidad, misma que es esclava de una ilusa tradición. Hoy quiero respirar su libertad, su aliento hermano de otra Tierra.
Abrir mis brazos y sentir su abrazo de cierzo,
con un beso de espuma sobre las mejillas,
y una lágrima que escurre del mar a los labios ,
un goteo que inunda de sal su recuerdo.
En la orilla buscaré su sonrisa, esa que sabe a mar al momento de escribirle mis taciturnas líneas. ¿Dónde estará ahora? Disfrutando su tarta con amigos, escribiendo unas líneas a su enamorada o quizá solitario en el camino de aquel parque donde nunca le conocí.
Y yo, viva en mi naturaleza inerte,
amaso muñecos de nieve amarilla
mientras les susurro, en mi desequilibrio, sobre ti.
-Hubo un poeta, uno que dibujó un poema que es de nosotros.- susurro en mi delirio.
Es una promesa que vive sobre la pulpa blanca de los árboles y la tinta de una arcaica vida. Un pacto de tan solo existir uno en el otro, por siempre.
Clavel Rojo
Alejandra P. Rodríguez Espinosa. Todos los derechos reservados