Espíritu que persigues mi sombra,
Alma que ahora vives en la gloria,
Asáltame en el camino de mi obra
Pues vivo visiones llenas de euforia…
Manifiéstate Ángel celeste
Vida que antaño me conociste
Sombra brillante, de niebla tenue,
Que Posaste la semilla en el vientre…
Y salí del cuerpo de mi Madre,
Como un huracán muy dominante
Siempre quise mas, fui cobarde
Eras de mi procesión el estandarte…
Te siento detrás de mí a cada instante,
Y miro hacia atrás muy celosamente
¿Porque si eres mi Padre? ¡Quisiera verte!
¡Sombra del crepúsculo, espíritu indomable!
¡Son tantas las ganas Padre mío, que tengo de verte que me persiguen los espíritus por las llanuras, de mi mente!
Modesto Ruiz Martínez / viernes, 20 de mayo de 2011