Si fue solo una aventura
el amor que disfrutamos
-falsía, obsesión, locura-
¿por qué es que no lo olvidamos?
Si el torrente de pasión
que nos inundaba el alma
fue tan solo un espejismo.
¿Por qué hoy no tenemos calma?
Si habernos amado tanto
fue solo un sueño fugáz.
¿Por qué seguir recordando
lo que nos turba la paz?
Bastó solo una mirada
que se cruzara entre nos
para que nuestros dos seres
oyeran de Eros la voz.
La atracción incontrolable
que muy pronto nos unió
se convirtió en una hoguera
que todo lo consumió.
Nuestro cuerpos se enlazaban
sin quererse separar
y tan solo deseábamos
amar…y volver a amar…
Tratamos de despertar
de ese apasionado sueño
donde regía el amor
y era el placer nuestro dueño.
Nuestras mentes se negaron
a aceptar la propiedad
que nos impone este mundo
de materia y de maldad.
Porque no es fácil seguir
del corazón los dictados
ya que las “normas sociales”
los declaran anulados.
Y esas normas nos condenan
a olvidar lo inolvidable,
a enterrar un amor vivo,
hasta a violar lo inviolable.
Nuestro juramento queda
en la eternidad grabado,
pero para los demás,
nuestro amor... ya fue olvidado.