Mis sentidos estaban a la expectativa,
escudriñando el mágico encanto de aquel lugar,
en donde corría un riachuelo, con el agua tan pura
como el más fresco manantial.
Observando esta maravilla absorta me encontraba,
qué la luna me acariciaba la espalda, no me percataba...
escondida estaba, tras la hojarasca que allí dormitaba,
de los robustos almendros que allí se encontraban.
En aquellas límpidas aguas, sus tenues rayos se proyectaban,
iluminando aquel entorno y dejando al descubierto
las grandes moles de piedra, que en aquel río moraban…
Tan calladas y estáticas como las palabras que mi aliento
contenía y las cuales quería lanzar al viento.
Pensaba en ti amor lejano…
Pensaba en ti y en lo mucho que te amo.
Quise que mis pensamientos invadieran tu espacio
y lograras sentir este raudal de amor que tengo para ti.
De repente la luna se fue escondiendo, en la espesura
de aquellos frondosos árboles, tan añejos como el vino
que humedecían mis labios, los cuales temblaban
por el frío, qué como ráfaja, llegaba de repente a encontrarse
con la finas gotas de agua, que empezaban a caer del firmamento.
Llovió a cántaros, pero nada importó lavar mis sueños…
Quería ser como aquella pata, que en medio de la oscuridad,
formando círculos en al agua, con sus patitos, se recreaba.
¡Qué bella es la naturaleza pensé!
¡Qué hermoso regalo de Dios!
Qué bello es este lugar tan lleno de paz,en donde mis ideas
puedo ordenar y así dejar fluir toda la imaginación,
para poder escribir todo lo que llevo dentro de mí.
Pasó mucho tiempo, pero me pareció un momento,
no me di cuenta que las horas corrieron y que la lluvia amainó,
se hicieron presentes los primeros rayos del sol,
el arco iris, en el éter azulado, sus colores plasmó,
las mariposas, alegres se contorsionaban
y se posaban en las flores que adornaban
aquel lugar paradisíaco,de mágico encantamiento,
en donde sin más, ni más, contigo me atreví a soñar..
Felina