Los braceros
sin trabajo,
queremos
pan y cazuela,
no queremos
caridad,
ansiamos
labrar la tierra.
El arado
esta oxidado,
el tractor
ya no faena,
las azadas
se enróñecen,
las semillas
no prosperan,
el ejido
se abandona,
está reseca
la tierra.
A la puerta
del cortijo,
los olivares
se secan,
las espigas
no maduran,
la cebada
no prospera,
sin trigo
rabia y miseria.
Mientras la ley
se acobarda,
y el trabajo
nunca llega,
haciendas
sin laborar,
al jornalero
miseria,
años malos
asomando,
sin sembrar
está la tierra.
Autor:
Críspulo Cortés Cortés
El Hombre de la Rosa
21 de mayo del 2011