En la noche solitaria y extraña,
Del destino solitario e impuro,
En la lejana montaña,
Bajo el cielo oscuro.
Nos acompañan los murmullos,
De las hojas y sus perfumes,
Deseo que con tu amor me abrumes,
Y estar contigo para mi seria un orgullo.
Acompañarte y juntos en la ribera,
Con tus besos y caricias me sonrojas,
Mi hermosa y amada hechicera,
Mí esplendida, encantadora rosa roja.
Siguiendo cada día tú rastro,
De esencia y de encantos,
Bañados por la luz de los astros,
Cubiertos por las estrellas con sus mantos.
No importa la distancia,
Si te tengo en mis brazos,
Me llenas de tu dulce fragancia,
Y los dos, en amor eterno entrelazados.
“Quiero en tus labios besarte, para la eternidad poder amarte.”