Un viaje que me llevará al dulce hogar.
Abordo a este vehículo veo mucha gente subir, me pregunto. ¿Pensarán lo mismo que yo al subir? Gente que ni siquiera conozco, gente de toda clase, un niño sube. "Señores pasajeros..." Y empieza el repertorio conocido en este medio de transporte, tantas historias se tejen en un "viajecillo" a bordo de esta movilidad. ¡Bajan esquina...!, bajan, bajan. Dice el cobrador mientras este golpea la carrocería del vehículo. De pronto el niño termina su repertorio musical y termina diciendo "cuando pase por su asiento no te me hagas el dormido, apóyame señor pasajero" muchos sacan el sencillo de un vuelto. Aquellos 20 céntimos que nos estorban o sobran en el bolsillo. "Gracias señores pasajeros". Y el niño baja. En el trayecto del viaje suena la radio. Un "borrachito" sube abordo de la movil, cobra 0.50, no tengo más bajo a tres cuadras. A dos cuadras sube una viejecita. "Den el asiento, haber" dice el cobrador. Ovalo Larco, toda América. ! ...¡Pasando el poste bajo! Una ola de subí y baja de personas, mientras yo sigo pensando. "Cuanta gente con historias por contar, cuanta gente con vivencias distintas. Gente desconocida, gente que tal vez sólo vea una vez. O la vea! y ya no la recuerde". Voy llegando a mi destino y mientras voy pensando el camino recorrido a la voz de... "Pasaje a la mano, pague con sencillo por favor" es la línea del señor cobrador. Llego a la conclusión que la vida es como un viaje en este medio de transporte. Sabes que te llevará a un lugar y mucha gente conocerás, personas que van y vienen. Tal vez de ella ya no te acuerdes, alguna vez has de mendigar cariño u otras cosas. No digas que no! En tu embriaguez humana sabrás qué camino tomar, siempre ha de haber alguien que te muestre el camino aunque tus agradecimientos sean pocos y cuando ya estés anciano una persona velara por ti siempre y cuando seas amable. Al final del viaje siempre a alguien has de rendirle cuentas y tu viaje se habrá acabado.
El poeta del milenio
20 de mayo del 2011
1:30 a.m.