En la paz donde se mecen las hojas
que juegan candorosas con el viento;
en ese espacio virgen que se inventa
en el corazón del solitario,
donde el silencio alcanza toda su grandeza
y donde la vida sientes que merece la pena.
Ahí, en el universo que cabe en una mirada,
en ese mar de sonidos de vida
donde tranquilo te puedes perder y abandonar,
en ese lugar mágico y único –lienzo pintado para ti-;
donde soñar es vivir y vivir es estar.
Instantes donde la palabra Yo se hace verdad;
donde las manos sienten sin llegar a tocar,
donde el corazón encuentra la respuesta
dejando escapar un suspiro
que en suave y cálido marchar,
una hoja, que lo espera, vuelve a acariciar.
(jpellicer)