Déjame presentarme,
¿Quién soy? No importa
¿Cómo soy? No importa
¿Cómo me llamo? No importa.
¿De donde vengo? No importa
¿Cuánto tengo? No importa.
Lo que entiendo hasta el día de hoy es:
Que me prestaron este cuerpo para trasladarme por el mundo.
Mi alma reciclada está aquí para aprender todos los días.
Vine a ayudar a otras almas, ser parte de su vida como complemento, como aderezo, como sal, nunca como limón.
Estoy aquí para aprender lo bueno y lo malo, a sufrir y reír.
Pusieron el amor en mi bolsa de viaje y me encomendaron repartirlo, no me lo puedo quedar porque me quema.
Me advirtieron que mi fe iba a flaquear, pero estoy aprendiendo a reestablecerla rápido.
Se que lo único que me puedo llevar de este mundo es la experiencia, así que tengo que vivir cada día, no sólo hacer acto de presencia.
Mi mayor ambición es capturar sonrisas, miradas e historias, porque de nadie aprendemos más que de otras historias, ya sean reales o de ficción.
Sólo existo cuando me dejas entrar en tu vida, cuando tomas de mí lo mejor, lo haces crecer y lo transmites.
Así que la próxima vez que me veas sonríeme y habré cumplido mi misión, habré existido.