Que debería decir sobre la exigencia
Que sobre mis hombros es colocada
Que debería decir sobre la creencia
De que la carga no puede ser retirada
Como descansar de todo este peso
Sentarme en la escalinata un segundo
Soltar el malestar que yace compreso
En un corazón herido y vagabundo
Cuantos peldaños más hasta el firmamento
Cuantos pasos más para alcanzar a los hados
Si por cada escalón que andando descuento
Se vuelve más largo el trecho al estrado
La barandilla se ha venido oxidando
Ya no encuentro apoyo para el ascenso
El vértigo, mi vista, ha ido nublando
Ahora por cada escalón, veinte tropiezos
Mientras más alto, oxígeno, hay menos
Respiración hecha con tanto desatino
Agua que va inundando uno de los extremos
Al final del otro, un resplandor muy fino
Y yo atrapado en la mitad de ambos
El agua sube y el resplandor se aleja
Si un poco resbalo tal vez me ahogue
Si me acerco a la luz, la ceguera aqueja
A veces siento que al abismo he saltado
Pero muerto en vida, vuelvo al mismo trecho
A veces siento que vuelo al manto azulado
Pero tan solo es un sentir dentro del pecho
Un límite para mis fuerzas ha marcado el sol
Sin poder volverme el amo de mi existencia
Me consume desde dentro un fuerte rencor,
No puedo hacer de la vida perfecta cadencia
Rompecabezas que se ha ido armando
Con todas las piezas que han sido provistas
Pero con lágrimas he venido observando
Que algunas de ellas se escapan a la vista
Y algunos vacíos quedan irresueltos
Tantas incógnitas de universos enteros
Tantos cabos se mantienen sueltos
En un cuadro que carece de linderos.
Andrés Ruiz H.