Luis Rayo

FLOR DE AZUCENA

 

No hubo una flor más bella que Azucena,       

que nació de blanco, pureza y gesto,    

     y con paso de ángel siendo honesto,         

llenó su corazón como sirena.

 

Con mar en calma, riendo y siendo buena,    

fue mimada mil veces por supuesto.    

Nadie llegó a pensar en lo funesto     

y nuestro ángel vivió como terrena.

 

   En la senda la flor quedó perdida.     

El destino arrebata lo impoluto.  

Y la sangre surgió de fría herida.

 

Cae el llanto en la cumbre adolorida.  

           Tiempo de palidez que lleva luto.           

Y a mi lado, su esencia más florida.