Desanudan sus nudos avenidas inconclusas
cuando flotan nuestras auras.
Son pendientes las estrellas que no viven
hace siglos
cuando te inclinas y miras
el inicio del viento
y el tiempo es solo un globo de silencios
contenidos en vilo
y los cuerpos tienen diversos arroyos
para dibujar sus ansias y develar
sus secretos.
Se desvelan los mantos y se arropan los colores
cuando todo parece tan perdido:
no seamos más huérfanos de carne y hueso
respiremos el aire del ala de una mariposa
y que las rosas sean rosas
y las palomas palomas:
quizá sea suficiente
eso.