Desde el día que te vi
ahogarte en tu orgullo,
he pensado cuando dirá
te necesito,
cuando dirás me equivoque,
no es que tus labios
sean mudos
es que tu amor duele,
tu me dueles por el día,
al igual que por la tarde
y cuando anochece
aun mas yo te pienso,
cuantos debian ser
para que me dijeras te amo,
vivimos en una ciénaga
donde ya no había vida,
cuando todos de la mano pasaban
nuestro silencio era un abismo,
todo lo que alrededor era bello,
ahora muere en el suelo,
ahora pasan los días sin ti y sin mi,
que son las calles llenas de humanos,
que son las calles en su mundanal ruido,
que son las calles si a mi lado no estas,
que son mis mañanas sin tus dulces besos,
que son las noches sin tu aliento,
con tus miedos te hundiste,
me atrapaste en tu ego,
me sumiste en tu desdicha,
me arrebataste la poesía,
aquella que decía
solo a ti te doy mi amor,
que ha sido para ti
pensando quizás en esta sierva,
o es que sigues viviendo
cuando mi alma clama
en la desgracia de tu ausencia,
vuelve la vida a ser mía
por que dejo de ser tuya,
por que dejo de ser nosotros.