Y mis labios se agrietan, me pesan
se sienten rotos, si no se rozan con los tuyos,
más cuando te tocan se pierden en tus ganas
y me duermo entre tus murmullos.
Secos mantienen en los días que no te ven,
como si una fuerza los petrificara
a menos que llegues y los beses,
rozando mi cara entre tu cara.
Que serían de ellos, mis labios,
sin tener los tuyos entre lazados,
sufrirían de ardor al no tenerte,
sufrirían de no tenerte al lado.
Y con ganas de seguir húmedos,
sedientos de ti, sedientos por los tuyos,
volarían entre noches enteras,
volviéndome solo tuyo...