De las pictóricas musas, tus manos,
hayan en lienzo triste inspiración
como si buscaras de un himno a un son
desterrar los tristes, pobres tiranos,
que son los momentos locos, arcanos
en esa imagen vivaz vibración;
la fuerza y coraje como de león;
salvaje y radiante y libre tu mano.
Tu pincel, sin secreto o falsedades,
delata vida de mil avatares,
azul sedante y calma espiritual;
un canto de esperanza que encierra
fuego y corazón, y un grito que aferra
¡levántate y anda! Sé colosal…