No se trata de mí.
Ni de la luna.
Es un dolor que se transforma
lento
en el tiempo que consumo
con tu tiempo,
sumergido en el silencio
convertido en viento.
No se trata de ti.
Ni de las nubes.
Es un temblor que busca
su momento,
teñendo de naranja
el universo,
pegando en tu boca
lo que pierdo,
lo que siento.
Tú me amas en el medio de la noche.
Me muero, te amo, te toco adentro de la noche.
Y la noche baila muda,
como siempre.
Mis manos llueven mares,
como siempre.
- No se trata de mí, ni del desierto,
no se trata de ti, ni de un lunes sin ti,
ni del silencio -
Es de nosotros. De un respiro. De la noche.
Es de esta noche de respiros de nosotros.
Es el mismo momento que vives conmigo.
Un suspiro. ¡Ah suspiro!
Ahí te quedas tu, al final del abismo,
en el mismo lugar inexistente
donde existo.