Ayer vi un atardecer inmensamente hermoso,
sobre el cerro ocultándose lento el sol rojo,
entre el cielo azul y la cúpula de una iglesia
iba desapareciendo y el crepúsculo me poseía;
sin dejar de disfrutarlo maravillado lo miraba,
entonces venían recuerdos a mi, y suspiraba.