Ya no esperaré tu luna llena.
Desde ahora me iré acostumbrando
a vivir en la oscuridad de esas noches sin luna,
de esas noches de luna nueva.
Ya no esperaré tu pleamar.
Me arrastraré en el fango
que en la playa deja la bajamar,
en el fango frío y pardo e insípido.
No esperaré ya tu aurora.
Viviré resignado a la oscuridad eterna
de esta noche sin luna
y sin estrellas buenas.
No esperaré ya que rompas mis cadenas.
Atravesaré este puente sin luces y sin flores
con las llagas vivas bajo los grilletes
igual a dos ascuas en arder eterno.
Perdido sin tu brújula erraré el camino.
y a la playa infierno llegaré cansado,
sin esperanzas, sin esperarte,
solo, en la oscuridad, el barro y el dolor.
Y tal vez entonces escuches mi llanto.
Y quizá no te importe.
Seguro que no.