aday63

QUEDATE.

 
Tus brazos rodean mi cuerpo,
desnudos yacemos juntos
después de hacer el amor,
entre sábanas que rebosan
la fragancia del amor.
 
En esta entrega perfecta
en dónde me has penetrado
haciendo que vibre toda
que me estremezca muy dentro
que no haya un solo espacio
entre tu cuerpo y mi cuerpo.
 
Nuestros sexos son complemento
de esta entrega total,
en donde nos une a un tiempo
cuerpo, alma y  entendimiento.
 
Los sentimientos más puros
que el amor puede forjar
y que todo ser humano
debe siempre disfrutar.
 
Nuestra respiración poco a poco,
comienza a tranquilizarse,
el corazón que hace poco
parecía desbocarse,
nuevamente comienza a latir
suave y plácidamente.
 
Gotas de sudor resbalan
por nuestros cuerpos calientes,
y poco a poco empapan
las sábanas aún ardientes.
 
De pronto, me besas en las manos y en el pelo
y cual si fueron pétalos de rosa
tus manos acarician mi mejilla dulcemente.
Tus dedos con sutileza
apartan lánguidamente
los cabellos que de pronto
cayeron sobre mi frente.
 
 Tus gestos me anticipan
que el final de este momento
se acerca ya sin remedio.
 
Tu cuerpo se tensa todo,
sabes que una vez más
mis lágrimas como un torrente
arrasaran mis ojos,
como mil  perlas brillantes
rodarán por mis mejillas
y cual rosario maldito
enlutarán mi corazón y mente.
 
Mi boca  en este momento,
tratará inútilmente
de lograr con un suspiro
y con palabras salidas
de lo más hondo de mi alma
que solloza sin control
conmover tu decisión de alejarte,
de ir corriendo hasta tú casa,
de volver justo a la cama,
de esa esposa que elegiste
y que ya no te da
 ninguna satisfacción.
 
En vano he de suplicarte,
de pedir que no te vayas
y con trémula voz,
nuevamente igual que ayer
y ya casi por un año,
te diré con el corazón
hecho trizas en la mano
quédate, quédate, quédate,
quédate, esta noche por favor.
 
De manera incomprensible
para nuestro mutuo amor,
y aún cuando lo deseas
quizá incluso más que yo,
tomarás toda tu ropa,
y con una prisa atroz,
abandonarás de pronto
sin temor ni titubeos,
esta triste habitación.
 
Donde queda solamente
como prueba de tu amor
el sutil perfume que tu cuerpo
dentro de mis entrañas dejó.