Las palabras del edil
no me parecen sensatas
cuando el peso cae sobre las patas
del obrero y el albañil.
¡Esto es el año mil!
Don Cid Campeador, ¡me matas!
el embustero traidor se esconde, tras las tupidas matas.
Todo esto lleva a engaño
subo rodando peldaños
hacia el cuarto de las ratas.